MEMORIA DE MI MADRE
Fuiste quedando quieta
como una nube
sin el soplín del aire.
Te fuiste suavemente,
igual que habías vivido
sin la letanía de quejas o lamentos.
Pasaste a ser
un rostro imaginado
envuelto en el rompecabezas de los sueños,
al contraluz que se aleja de la noche.
Te quedaste
clavada en el corazón
deslizándote suave, sin sonido
igual que la arena de un reloj
que jamás se detiene.
Y pensé para mí, qué raro era
que la alborada corriera como siempre
extendiéndose en los prados
entre los setos,
oír gritar a las madres tras los niños,
a la mujer que vende las sardinas,
al run-run de la vida cotidiana.
Nada más la calle de los huertos
notó la ausencia
entristeció la tierra
quedó muda la fuente
ahogada de zarzas y de ortigas
Resurgió lo salvaje, donde antes
creciera la rosa
y se llenó de musgo la azada
y el tiempo de povisa.
Nadie te echó de menos,
ya lo ves,
nada más lo que naciera
a la sombra amante de tu cuerpo.
...............Poema de: María Teresa González ( (Tremañes, Gijón, 1950-1995)

2 comentarios:
Hoy tengo un día sensiblón, ya sabes, la familia va envejeciendo, y cada vez que alguien enferma o muere, te vas dando más cuenta de los lugares vacíos que ya nunca se llenarán y temes, que digo temes, te aterrorizas pensando en esos que tienes más cerca y que cada día peinan más canas y muestran más arrugas en su rostro. En esos que pensabas de niña que eran inmortales...
Hoy no tengo un buen día, no...
Lo siento, el poema no te ayudaria nada, el caso es que cada día envejecemos, y no nos damos cuenta hasta que los nuestros dan un bajón, entonces te pones a temblar; pero la vida es lo tiene, no nos dejemos abatir, al menos si podemos evitarlo.
Un besazo.
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